El terremoto con epicentro en el Palacio de La Moncloa que sacudió a la política española poco después de las siete de la tarde ha dejado al PSOE aturdido y en un desconcierto absoluto. “Estamos en shock”, es la respuesta más empleada a lo largo del partido. La incertidumbre es generalizada a lo largo del escalafón del principal partido del Gobierno, desde la base a la mismísima cúpula. “Todo ha sido cosa suya. Todo. Su carta, su decisión, su reflexión”, resumía un alto cargo de Ferraz sobre la decisión de Pedro Sánchez de darse un tiempo y anunciar en una carta a los ciudadanos, que nadie se esperaba, que se plantea dimitir, decisión que hará saber el próximo lunes.

Una posibilidad que abriría un escenario para el que no hay un relevo claro y que en las baronías del PSOE no contemplan. El hiperliderazgo de Sánchez ha provocado que no esté encima de la mesa el debate sucesorio, y menos en plena campaña electoral en Cataluña, con elecciones europeas el 9 de junio y, en definitiva, en un contexto imprevisible y sometido a tremenda polarización y crispación.

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