Don Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), el padre de la Neurociencia: https://santiagoramonycajal.org/

Don Santiago Ramón y Cajal es el padre de la Neurociencia moderna. Fue un polímata que se interesó por la naturaleza, la pintura y fotografía, el culturismo, el hipnotismo, el ajedrez, la escritura, la medicina, el pensamiento crítico, la investigación y la gestión educativa y científica. Además de gran científico —algunos estudiosos de su obra le sitúan entre los tres científicos más revolucionarios de la ciencia mundial— fue también un ser humano excepcional. Hoy sigue vivo en el inconsciente colectivo universal, para animar al mundo a seguir la senda del conocimiento, la ciencia, el desarrollo humano y tecnológico, con el elevado propósito de hacerlo más próspero, solidario, armonioso y feliz.

Salamanca es conocida en el mundo como una de las cunas del conocimiento, destacando por su tradición universitaria al servicio la Cultura y la Historia. Sus dos máximos exponentes son la Universidad, la más antigua de España, con más de ocho siglos al servicio del conocimiento, y la Pontificia, fundada en 1940 por el papa Pío XII, quien restauró las facultades de Teología y Derecho Canónico, estudios que tuvieron un fuerte auge en los siglos XVI y XVII. Su casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988.

La insigne escritora gallega, doña Emilia Pardo Bazán, definió a la Universidad de Salamanca, con motivo de una visita que realizó a la ciudad el 26 de marzo de 1905, con estas bellas palabras: «La más española, la más libre y democrática de las universidades es la de Salamanca»; y, en abril de 1912, se refirió a don Santiago Ramón y Cajal de este modo: «… tiene Vd. ante Europa y su voto de Vd. aurea con el peso dulce de la gratitud, el ya magno caudal de respeto y simpatía que siempre tuvo para su nombre y persona, gloria de España. Viva Vd. mil años, para honrarnos y créame su buena, sincera, invariable amiga. Condesa de Pardo Bazán.»

Por lo tanto, Salamanca y Cajal representan una simbiosis perfecta entre el hombre de ciencia y el saber, y la ciudad cuna del conocimiento y la cultura, así como la fusión de la visión humana orientada al descubrimiento de todas las potencialidades inmer­sas en su propio ser y el espacio para hacerlo posible. Don Santiago nos transmite valores intemporales y eternos como son el entusiasmo, la voluntad, la perseverancia y la independencia de juicio.

Hoy —inmersos en un mundo cada vez más interconectado— constatamos el hecho indiscutible de que todas las transformaciones socioeconómicas van ligadas a ciencia y la tecnología; de ahí la necesidad de continuar promoviendo con esfuerzo, dedicación y entusiasmo, una cultura de la ciencia y el conocimiento.

1. Concienciar y fomentar una cultura de reconocimiento a D. Santiago Ramón y Cajal como figura egregia y prez de España.
2. Impulsar la creación del Museo Cajal y las Neurociencias.
3. Exponer la Declaración de Salamanca por la Ciencia, para que el día 17 de octubre sea considerado fiesta nacional y que sea, también, el día de Cajal y de la Ciencia.
4. Fomentar grupos de científicos comprometidos con los valores del sabio.
5. Realizar actividades de difusión de los valores de D. Santiago Ramón y Cajal en colegios e institutos.
6. Entregar ocho premios conmemorativos.
7. Realizar una Jornada de Conferencias conmemorativas con personalidades de la ciencia y la sociedad.
8. Publicar una monografía con las contribuciones del acto conmemorativo en la colección Historia de la Medicina en Ediciones Universidad de Salamanca.
9. Desarrollar un portal web que inaugure un dataverso sobre el mundo Cajaliano.
10. Constituir la Sociedad Ramón y Cajal.